Aunque suene contradictorio, el desierto es una zona fértil por excelencia. En tu visita podrás descubrir la riqueza natural y animal con la que cuenta la reserva de la Biosfera Mapimí, además podrás aprender cómo es que vive la gente dentro de una zona tan contrastante como esta.
La vida en el desierto

Nosotros queremos enseñarte cómo es que obtenemos nuestros recursos para poder vivir en el corazón del desierto y cómo es que cuidamos de ellos para conservarlos. Ven y aprende cómo se ordeñan las vacas y cómo elaboramos el queso que consumimos. Un paseo a caballo será la mejor opción para descubrir los senderos de tierras calizas y las huellas de conchas fosilizadas del lugar; además, no tiene desperdicio el famoso Cerro de la Bufa o del Indio que enmarca el paisaje.
Centro minero de Ojuela

Visitaremos el centro minero de Ojuela y el puente colgante que lleva el mismo nombre, el primero en su tipo en la región y conocido a finales del siglo XIX como el segundo puente más importante del mundo, después del de Brooklyn en Estados Unidos. Así mismo, no podrás perderte la visita al pueblo mágico de Mapimí, designado como tal apenas en el 2012, y el recorrido por las grutas del Rosario que se encuentran en el Municipio de Lerdo muy cerca de Mapimí.
La abundancia natural del desierto

En toda la zona de Mapimí encontrarás numerosas especies de animales y plantas; algunas de ellas son endémicas, como la tortuga del Bolsón (Gopherus flavomarginatus), protegida desde 1978 por encontrarse en peligro de extinción. Te invitamos a que te sorprendas descubriendo la variada naturaleza que vive en la zona: 403 especies diferentes de plantas y 207 especies de animales vertebrados.
Disfruta de un recorrido por un sendero interpretativo donde podrás conocer la gran variedad de plantas medicinales y el uso que se le da a cada una de ellas. También vale la pena visitar el área de observación de aves migratorias en el cerro de San Ignacio, sobre todo porque un número importante de ellas utilizan la Reserva de la Biosfera de Mapimí para descansar y anidar a sus crías.
Seguro que en tu recorrido te topas con un berrendo, un venado bura, un aguililla cola roja, un mapache, un halcón mexicano y con un poco de suerte hasta con un águila real.
400 años de historia en el desierto

La zona desértica que rodea el casco de la antigua ex hacienda donde se sitúa el ejido La Flor está atravesada por 400 años de historia. Historia que abarca desde los vestigios fósiles y las pinturas rupestres de los primeros pobladores indígenas; pasando por la época de la Colonia caracterizada por su explotación minera, sus antiguas haciendas y edificaciones religiosas que aún se encuentran de pie; el periodo de Independencia con el encarcelamiento del Padre de la Patria en el pueblo de Mapimí, antes de ser ejecutado en Chihuahua; la visita del Presidente Benito Juárez durante la etapa de la Reforma; la época de la Revolución con las cabalgatas de Pancho Villa y la División del Norte planeando tomar Torreón; hasta llegar a las expediciones científicas que se hacen a la enigmática Zona del Silencio para estudiar los fenómenos que ahí acontecen.
Todo esto es parte de la historia que resguarda la zona del desierto de Durango y que los pobladores del ejido La Flor queremos compartir contigo.
Entre la ciencia y los mitos del desierto

El ejido La Flor es la puerta de entrada a la Zona del Silencio, que se localiza en el Vértice de Trino, donde confluyen los estados de Durango, Chihuahua y Coahuila.
Ven con nosotros a visitar la Zona del Silencio, que recibe ese nombre porque las ondas de radio no se transmiten normalmente o son interrumpidas debido a los campos magnéticos que se forman en el lugar. Además, es escenario de eventos naturales inexplicables, como la intensa radiación del sol (35% mayor que en otras partes del planeta), plantas de extraña coloración y estructura, tortugas con extraños caparazones y frecuentes caídas de meteoritos.
Esta zona se hizo famosa por la caída del cohete Athenas en 1970, lo que pronto provocó varios mitos en torno al avistamiento de ovnis y fenómenos paranormales. Desde entonces se hacen viajes de estudio a la zona para dar una explicación a estos sucesos, por lo cual se conformó el Laboratorio del Desierto en 1978.
Te invitamos a que experimentes estos raros fenómenos y conozcas los fósiles prehistóricos marinos, los manantiales y corrientes subterráneas que también se encuentran en la zona.
La majestuosidad del cielo del desierto

Durante el día, la luz del sol que se refleja en el paisaje adquiere tonos insospechados; imagina un cielo azul repleto de nubes por doquier. Además, todas las noches el cielo de Mapimí se ilumina con la luz de la luna y las estrellas.
Nosotros no queremos que sólo te imagines una noche en pleno desierto, queremos que vengas a vivirla. Te ofrecemos un área de observación astronómica para que puedas perderte entre el firmamento y las estrellas.
Seguro que un cielo como el que nos cobija todas las noches no lo verás nunca en la ciudad.